Aunque la escuela, los grupos de amigos, las asociaciones a que se pertenece, influyen notablemente, la familia es la que deja la huella más indeleble en nuestra personalidad.
En la familia se siembran y cultivan las primeras semillas de las virtudes sociales. Pero, para que el hogar sea auténtica escuela de humanismo, se debe aprender en ella a
Vivir en comunidad, que significa compartir y participar.
Decidir y elegir entre todos, sin imposiciones, pero sin concesiones a los caprichos individuales.
Comunicarse intelectiva y emocionalmente, dialogar y ser tolerante.
Servir a los demás, comprometerse y sacrificarse por ellos.
4. La familia, escuela de sociedad
La familia, además de la función reproductora y defensora de la intimidad de la persona, tiene una misión socializadora o de incorporación de sus miembros a la sociedad. La familia no puede encerrarse sobre sí misma, cayendo en un egoísmo individualista, ni lo colectivo se puede imponer de forma avasalladora sobre lo familiar, de forma que termine ahogando lo personal.
1. Influencia de los otros:
a) Los padres: son los principales influenciadores en la construcción de la identidad de sus hijos, ya que ellos son los primeros educadores.
b) Los amigos:
La influencia de los amigos se manifiesta de diferentes formas. Algunas veces la influencia del grupo puede ser negativa o perjudicial. Por ejemplo, la influencia para hacer cosas perjudiciales o poco inteligentes, como beber alcohol, fumar, violar la ley o destrozar cosas.
El actuar así supone ser aceptado por los miembros del grupo y ganarse el aprecio de sus amigos. El no hacerlo puede entrañar el riesgo de ser expulsado del grupo. Son muchas las estrategias que utilizamos las personas para intentar convencer a otros de que hagan lo que desean.
c) La escuela: los adolescentes reciben influencia de sus profesores, ya pasan más tiempo con los adolescentes. Los profesores les enseñaran modelos y patrones de comportamientos, los cuales le ayudaran a definir su identidad.
d) Los medios de comunicación:
Los medios de comunicación masiva están presentes constantemente en la vida de los adolescentes, ellos ven televisión y películas, utilizan el Internet, intercambian correos electrónicos, escuchan discos y emisoras de radio que van dirigidas específicamente a ellos con música y anuncios comerciales, y leen artículos y anuncios en las revistas para adolescentes.
Cuando un adolescente consume los medios de comunicación, éstos pueden brindar una orientación muchas veces clara, otras confusa y normalmente contradictoria.
' Áreas de influencia:
% Televisión y violencia; Hay numerosos estudios que confirman que el alto índice de violencia televisiva interviene como factor importante en la determinación de las conductas masculinas y femeninas violentas.
% Publicidad y consumo: La influencia de la publicidad en los niños es muy fuerte, y puede considerarse como un instrumento peligroso, ya que crea apetencias y necesidades, y que en la mayoría de los casos no podrá satisfacer.
Estas relaciones se presentan en los diferentes ámbitos en los cuales te vas desenvolviendo. Así por ejemplo:
| Familia | · Cuando conversas con tus padres, solicitas un
· Cuando le pides a tu hermano o hermana algo
|
| Amigos (as) | · Cuando se ponen de acuerdo para decidir qué actividad van a realizar, salir, pasear. Ir al cine, ir a una fiesta patronal del pueblo. |
| Enamorado(a) | · Cuando van a salir o conversan sobre lo que les
|
| Escuela | · Al pedir un consejo a tu profesor o profesora. · Durante el desarrollo de la clase, en el recreo. |
La comunicación para entablar 
una relación interpersonal cumple un papel muy importante.
A veces solemos pensar que solo el diálogo verbal es comunicación, pero no es así, porque nos comunicamos con los gestos, las miradas y la actitud misma, sin decir palabra alguna estamos comunicándonos. Cuando nos comunicamos a través de las palabras se le llama comunicación verbal y lo que expresamos a través de los gestos, comunicación no verbal.
Así podemos expresar verbal y no verbalmente, acogida, aceptación, rechazo, comprensión, aburrimiento, desconcierto, etc.
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